Está la idea de que el principio de una novela tiene que enganchar sí o sí.
Y depende, hay escritores a quienes sus lectores les pasan inicios de novela no tan interesantes, porque saben que encontrarán algo bueno después.
También hay obras que se “vuelan la barda” y comienzan con descripciones muy detalladas sobre el paisaje.
Pero, a todo esto, ¿cuál es un buen inicio? Ese que le explica razones a los lectores para seguir leyendo.
Imagínate que estás comenzando a leer una novela romántica, la narrativa está bastante bien, pero falta la pareja principal.
Ahí el lector duda que el libro le aporte lo que quiere, lo que busca.
Una opción que suele considerarse interesante es comenzar con acción.
De nuevo, depende, va mejor en libros de aventuras u obras donde sí o sí pasan demasiadas cosas.
Así el lector se va haciendo a la idea del ritmo que llevará la trama y conoce a los personajes en plena acción.
Luego, habrá quién diga “Comenzar con acción no es tan bueno porque el lector no ha empatizado con el personaje”.
Y tiene razón, por eso hay muchísimos libros que empiezan explicando un punto de dolor del protagonista.
Quizás falleció un ser querido, fue despedido de su trabajo o no se encuentra feliz con la vida que lleva.
Storytelling es un tira y afloja.
Está bien la acción, la descripción, el punto de dolor, porque crear una historia es crear una experiencia.
No solo para el escritor, sino también para el lector.
Por eso, el mejor inicio es uno que emocione en la medida justa, haciendo que el lector empatice y viva la historia.
