Utilizar herramientas como MailChimp, que servían para enviar emails a tus listas de correo, ya no es como antes.
Desde hace un par de años se han estado implementando creación de páginas web, gestión de clientes, etc.
Y dentro del tema marketing, hay que reconocerlo, existen tendencias.
Entonces las compañías detrás de las herramientas que nacieron para hacer email marketing están apuntando a diversificación.
Dicen: “Ahora no solo envías emails, también puedes programar tus redes sociales, tener tu página y tienda online”.
Ok, eso está muy bien, ¿pero cómo afecta a los que hacen o hacemos email marketing?
Afecta si llegan a cambiar el nombre de una herramienta, porque da un poco de pánico que cambie todo (o no saber a dónde va a parar tu lista de correo).
Eso en lo personal. A ver, cada quien lo ve diferente, pero a mí me importa mucho la marca.
Por ejemplo, MailChimp gratis está perfecto si tu marca también tiene tonos amarillos y no sobrepasas el número de emails.
Hacer email marketing para la mayoría de los que trabajamos en ventas es imprescindible.
Permite tener un contacto directo con usuario llamándolo por su propio nombre.
Surgen respuestas dignas de poner como un reconocimiento en la pared.
El único fallo que le veo es que no se indexa para motores de búsqueda.
Un mensaje emotivo se manda y se lee una vez. O yo al menos no suelo releer emails (dime si tú sí).
Con todo y los cambios que hagan las herramientas de email marketing, importan tanto las marcas que utilizan este canal como los clientes finales.
Si las marcas necesitan gestión de clientes, ¿por qué no?
Si los clientes necesitan que se les entienda y se les trate mejor, ¿por qué no?
