Águeda prefería que la llamaran por su nombre de pila, era muda, no obstante, siempre le sonreía a la vida.
Se Dijo En Salvancea es una historia en agradecimiento a todas las personas que, a pesar de los problemas, conservan una sonrisa.
Antes de existir los transportes modernos, el chisme comenzó a recorrer las calles.
—Dicen que el rey es nieto de un asesino.
—¿Cómo es posible?
—Su abuelo no nació en la realeza. Según mi comadre, recibía dinero para matar a los enemigos del entonces rey, pero el rey me parece bondadoso para ser nieto de un asesino.
Cuando los habitantes de Salvancea escucharon aquel chisme sobre el rey, comenzó para algunos la duda, para otros, el miedo.
—Te casarás, serás muy feliz —dijo la reina.
Entonces la princesa defendió su derecho a casarse por amor, aunque la princesa solo podía comunicarse por lengua de señas o escribiendo en una libreta.